Reflexión:
El ser humano pasa por situaciones que opacan el brillo de la gloria de Dios en nuestras vidas. Pensamientos, palabras, acciones, temperamento, entre otras emociones hacen que nuestro corazón se cargué facilmente y nuestro espíritu se duela con enojo o tristeza.
Dios quiere que nuestro corazón este libre de amarguras, de odios y enojos. Recuerda que un corazón limpio hermosea el rostro y un espíritu recto, que quiera agradar al padre es lo que quiere DIOS.
Por eso debes declarar todos los días con Fe:
Salmo 51:10
"Señor, Crea en un corazón limpio, y renueva un espíritu dentro de mi".
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